miércoles, 28 de marzo de 2007

los retratos del poeta

Según nos cuentan, Pessoa fue poco amigo de los retratos.

Hay quien considera significativo de sus últimos años una foto que le sorprende en el mostrador de una bodega lisboeta, bebiendo solo… Sin duda prefiero la imagen donde se le ve caminar apresurado y absorto, libro en mano, un día ventoso; e incluso, por lo sugerente, otra donde su figura parece recortarse en medio de la nada.

Durante años, la única imagen de Pessoa que quise conocer, fue la cubierta de una edición de Seix Barral del indispensable libro del desasosiego. El retrato que ilumina la portada, realizado por Almada Negreiros, me sigue pareciendo hoy la imagen más auténtica de las que conservamos del poeta.



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